sábado, 29 de mayo de 2010

cuando en marzo ¨mayea¨...

Le robó las horas de sueño, las sonrisas y las mariposas del estómago.
No se dignó ni a revolver ni a despedirse. Y ella, que guardaba una larga conversación pero no con palabras sino con silencios y miradas, porque pensaba que era lo que él necesitaba y no veía que era lo que ella quería que necesitara. Que nadie necesita nada que no quiera.
Por fin, un día de aire enrarecido y calles mojadas llamó otra vez, quería comprobar, quería probar, quería... encontrar cualquier cosa excepto aquello que encontró. A un desconocido, extrañado de su existencia, confuso y lejano, tan lejano que parecía que jamás hubieran compartido el cepillo de dientes.

Quién sabe, igual fue ella la que cambió eso que llamaba sueños por petites morts, y también puede que fuera la responsable de perder sonrisas mientras buscaba mariposas que puede que nunca fueran tales, sino miedos a que esos sueños se materializaran y dejaran de dar sentido a sus horas muertas.

¿Tiene sentido? ¿Tenía sentido?
¿Es que acaso algo lo tiene?

lunes, 10 de mayo de 2010

El kitsch de Sabina

"Es el ideal estético del acuerdo categórico con el ser en un mundo en el que la mierda es negada y todos se comportan como si no existiese. [...]Pero la frecuencia del uso dejó borroso su original sentido metafísico, es decir: el kitsch es la negación absoluta de la mierda; en sentido literal y figurado: el kitsch elimina de su punto de vista todo lo que en la existencia humana es esencialmente inaceptable."

"Allí donde habla el corazón es de mala educación que la razón lo contradiga. En el reino del kitsch impera la dictadura del corazón.
Por supuesto el sentimiento que despierta el kitsch debe poder ser compartido por gran cantidad de gente. Por eso el kitsch no puede basarse en una situación inhabitual, sino en imágenes básicas que deben grabarse en la memoria de la gente: la hija ingrata, el padre abandonado, los niños que corren por el césped, la patria traicionada, el recuerdo del primer amor.
El kitsch provoca dos lágrimas de emoción, una inmediatamente después de la otra. La primera lagrima dice: ¡Qué hermoso, los niños corren por el césped!
La segunda lágrima dice: ¡Qué hermoso es estar emocionado junto con toda la humanidad al ver a los niños corriendo por el césped!
Es la segunda lágrima la que convierte el kitsch en kitsch. La hermandad de todos los hombres del mundo sólo podrá edificarse sobre el kitsch."



La insoportable levedad del ser_Milan Kundera