Cómo conciliar las contradicciones vitales básicas
la vida en los cenotes con el frío de los azulejos.
Enajenación transitoria que rompe la calma,
la primera ola de calor tras la estación húmeda
Ya volverá la lluvia,
ahora he de cuidar de mi frágil equilibrio.
Antes podía subirme al cielo sobre tus hombros,
sólo el Pacífico lo sabe,
pero eso era antes
hoy sólo queda... bueno, lo etéreo
Que hice sino rendirme...
Sólo necesito zambullirme,
en una gran masa de agua.
Sentir inmensidad,
Yemaná.
lunes, 8 de julio de 2013
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